sábado, 24 de diciembre de 2011

Capitulo 3: un día muy largo y una noche infinita


Aquella tarde a las ocho en punto, como dijo que estaría, Sara se presentó en mi casa con un precioso vestido negro y unos finos tacones que alargaban su silueta y la hacían muy sexy de repente cuando fui a abrir la puerta pegó un pequeño gritito de alegría:
-¡que guapa estás!
-gracias!- me había puesto un vestido rojo y de gasa, a recomendación de mi hermana, llevaba zapatos de tacón y un precioso moño. Era la fiesta de navidad del instituto, llevábamos meses preparándola y queríamos que todo saliera perfecto ya que nos había costado bastante trabajo decorar el enorme gimnasio y organizarlo todo.
Fuimos a por nuestros amigos y partimos camino al instituto.
Cuando llegamos el gimnasio estaba lleno, había tenido éxito la fiesta, la decoración estaba puesta en motivo de una noche bajo las estrellas y era realmente precioso.
De repente la música empezó a sonar y la gente hechizada por la situación empezó a bailar al ritmo de Bryan Adams:  http://www.youtube.com/watch?v=ZGoWtY_h4xo
Y entonces...empecé a recordar...
Hace ya algún tiempo:
“Era una mañana fría como ninguna, me levanté con ganas de volver a ver su preciosa sonrisa, esa que iluminaba mis días y mis noches; abrí los ojos y le vi, estaba delante mía en el pie de la cama esperando a que me despertara:
-¡Hola! ¿Qué haces aquí tan temprano? – Pregunté curiosa- iba a ir a verte en  cuanto me levantara
-he venido porque tengo que decirte algo...

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